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Soy una puta, creo que siempre lo he sido y me siento orgullosa de ello. Soy puta profesional pero también vocacional, creo que las buenas putas somos así.

Me inicié muy joven en esto, cuando empecé a trabajar en casa de Raquel, una casa de putas que había en un apartamento en la calle Princesa 3 duplicado, muy cerca de la Plaza de Espàña, en Madrid. Raquel era una puta madura con muchos años de profesión; ella me acogió en su casa y me enseñó prácticamente todo lo que se hoy de esta profesión, me enseñó a amar lo que soy, a disfrutar con mi trabajo, a complacer lo mejor posible a mis clientes, en hacer, realmente, amigos de ellos.

También me enseñó Raquel a ser una buena sumisa, algo que, entonces, ni siquiera sabía que era. De hecho i primer cliente lo tuve como sumisa, se trataba de un hombre maduro dominante que deseaba una zorrita sumisa que tuviese pene y tetas. Yo pasé a la habitación terriblemente nerviosa, me hizo desnudarme totalmente y arrodillarme delante de él.

- Abre la boca zorra- me ordenó

Yo abrí la boca y recibi dentro su enorme polla, casi más gruesa que larga.

- Tragatelá entera, hasta los huevos- Me dijo mientras empujaqba bien fuerte.

Las primeras arcadas no tardaron en llegar y por ello recibí un buen tirón de pelo.

-Ponte en pie, y pon tu cara contra la pared, junta tus piernas y deja bien visible tu culo-

Una vez situada en esa postura y despues de que él me hiciese que mi culo quedase bien expuesto, comenzó a azotarlo con un ***** de forma intensa. Yo mantenía mi boca cerrada aguantando el castigo sin gemir, con lo cual creo que recibí cada vez golpes más fuertes.

-No vas a gritar zorra? tanto te gusta?.-

- Ponte de rodillas de nuevo ya abre tu boca, voy a correrme en ella-

No tardó mucho en llenar mi boca de leche. Abrochó la bragueta de su pantaón, se puso nuevamente su chaqueta, lo único que se había quitado, y salió de la habitación sin decir nada. Al rato entró Raquel, sonriente al verme aún de rodillas y con la leche saliendo por mi boca. 

- Levanta y lavaté-

-Ufff, como te ha dejado el culo de rojito... No me extraña que se halla ido tan contento. Además te ha dejado una propina.

Creo que te la has merecido. Eres una buena puta.