Fue el contacto con su cuerpo, su abrazo, su mano recorriendo desde mi pecho hacia abajo, hasta tomar mi erecta verga la que me hizo razonar que allí iba a pasar algo mas que una noche de espera.
No habían palabras, no eran necesarias ya….las acciones comenzaron a marcar los instantes paso a paso.
Me puse boca arriba, rozando sus pechos, los que toque con un leve movimiento de cabeza, para comenzar a chuparle los ricos pezones. Sus tetas me parecieron inmensa comparadas a la de su hermana, y sus curvas mas exuberantes, sus caderas mas insinuantes, su vientre mas caliente.
La desparrame en la cama y baje lentamente chapándole el cuerpo…. Aprovechando que ella abría las piernas lentamente, me fui a su cueva sin muchas vueltas, chapándole pronto los labios vaginales y encontrando aquel botoncito poderoso que al parecer, era su punto débil…… tan poderoso y débil era su clítoris, que le arranque en pocos lengüetazos gemidos de placer que fueron creciendo hasta hacerla explotar en un orgasmo lleno de vibraciones y temblores.
Lorena no era de las pasivas, no señor, porque de pronto decidió devolverme gentilezas inclinándose a chapármela con mucho fervor.
Conociéndome, no la deje que me liquidara prontamente, así que la detuve, pensé un solo instante, mas decidí que me la clavaba allí mismo y sin mas dilaciones.
La volví a tumbar, y la monte….siendo ella la que más se esforzó en que aquella acción tuviera buen termino y profunda penetración.
Bombie profundo y me abrazo con piernas y brazos para no perder placeres. La lleve a otro orgasmo continuado de aquel bucal….. Pero debi suspender para no chorrearme a lo que consideré era el inicio de las acciones.
Me tumbe boca arriba y ella no tardo en montárseme con agilidad, clavándose mi verga en su concha abierta y ardiente….. y me dio un placer poder abrazarla a pleno, disfrutando su hermoso cuerpo….. Sus dientes blancos, que sonreían quejándose en cada caída al vacío, donde se llenaba su cueva de mi carne caliente…. Su pelo bailando una danza sexual, sus pernas atléticas, flexionándose a pura calentura para bailar sin pausas el jaleo de coger montada.