Cada día me asomaba a la ventana para ver tu ropa tendida. Era una incertidumbre saber si ese día habría suerte y habrías lavado algunas de tus bragas que tanto me ponían. Me excita ver algunas de tus bragas secándose, imaginar que aquella tela había rozado tu parte más íntima, intuir como tu jugo había sido absorbido por tu prenda más escondida. Cada tarde al llegar a casa buscaba el encuentro con la suerte, con la casualidad de que en días anteriores te hubieras puesto alguna de aquella maravillosas bragas, aquellas negras en forma de culote con puntilla algo rota por la cintura y tan insinuante, las lilas de dibujos clásicos y también transparentes, las verdes que por su tamaño no lograrían taparte el monte de venus, las blancas con el culo totalmente transparente, … Aquella forma de asomarme a la ventana era una especie de lotería capaz de empalmarme y pajearme allí mismo, mirando aquellas telas tan sexys, imaginándome que el día anterior al encontrarnos en el ascensor las llevarías puestas. Mi mano chorreaba de semen, y la tentación de robarte tus prendas íntimas era una tentación. Mi placer se vería incrementado con tus bragas envolviendo mi polla, subiendo y bajando a lo largo de ella, traspasando el inmenso calor a través de la tela hasta mi mano, notando la dureza de mi miembro, absorbiendo mi leche, su roce, su olor, la sensación de que de alguna manera te estaba follando. Te las devolvería en el mismo lugar en donde las cogí pero esta vez con una parte de mi, con un interés porque te las pusieras y mi leche fuera capaz de rozar tus labios

Todos os participantes devem ter pelo menos 18 anos de idade.